24 ago 2010

experiencias rizomáticas

 
"Memento", de Chistopher Nolan: esta refrescante obra maestra que vio la luz en el 2001, es una verdadera odisea estructural y temporal. (...) El gran acierto de Nolan es situar al espectador en el mismo punto en el que se encuentra el protagonista: sin saber nada. La película está relatada hacia atrás (estructura reversible); y por medio de pequeñas escenas se va retrocediendo en el tiempo y por medio de repeticiones del final de la próxima escena (la cual se convierte en la anterior inmediatamente) Nolan rompe todas las estructuras temporales regulares. Al final de la historia, o mejor dicho al principio, al espectador le es revelado el misterio, mas no la respuesta. Aparte de la estructura reversible, Nolan utiliza analepsis en blanco y negro para diferenciar los recuerdos del presente, en color. En el sentido de su concepción, Memento es la típica representación de la postmodernidad, con la construcción de una identidad por medio de signos (tatuajes e imágenes fotográficas que hacen que Leonard exista, mientras se genera una auto fascinación por los largos rituales de observación frente al espejo) y la fragmentación de un personaje que aparte de un desorden patológico sufre una crisis de identidad, en otras palabras el perfecto antihéroe-psicópata de fin de siglo que termina despertando la simpatía y sentimientos encontrados del espectador. Con Memento se cierra prácticamente el ciclo de la no linealidad; el desafío que propone Nolan es, tal vez, uno de los más interesantes, ya que no sólo permite el reto mental de re-estructurar el filme, sino que logra una atmósfera de inmersión que hace que el espectador forme parte activa y que siga pensando aún cuando la película haya terminado.

(Fragmento extraído de "ESTRUCTURAS NO LINEALES EN LA NARRATIVA (LITERATURA, CINE Y MEDIOS ELECTRÓNICOS)" - CARMEN GIL VROLIJK, Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Literatura - Bogotá, Marzo, 2002)




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